Nada revive un rostro cansado y pálido como un poco de color en las mejillas, lo cual se consigue con unos brochazos de blush, (también llamado rubor). Apréndete estos trucos para lucir increible.
Prohibido
No pellizques tus mejillas. Existen productos que aportan color sin lastimar tu piel. Además, las presentaciones se adaptan a todas las necesidades: polvo, mousse, líquido o crema.
¿Cuál blush te conviene?
Si eliges la presentación en polvo, aplica el color con movimientos circulares, de adentro hacia afuera. No realices movimientos bruscos porque podrías lastimar tu piel.
El resto de las presentaciones se aplican con los dedos, los cuales deben estar perfectamente limpios antes de maquillarte.
No compres rubores muy pálidos, porque te aportan poco color en realidad, a menos que seas súper blanca.
¿Qué color de blush usar?
El tono que le queda prácticamente a cualquier piel es el rosa-durazno.
Los colores ladrillo se ven excelente sobre pieles morenas, pero evítalos si eres muy pálida, porque se podrían ver como si tuvieras una mancha en tu piel.
¿Dónde aplicarlo?
• Si quieres verte femenina, aplica el rubor justo en la zona de las mejillas que se marca cuando sonríes, conocida por muchos como “las manzanas de las mejillas”. Usa un tono rosa.
• Si quieres verte sensual, sigue esta técnica: siente el hueso de las mejillas. Con la brocha dibuja una “C” desde ahí hasta las sienes. No aportes mucho color. Puedes probar con un tono carmín.
• Si quieres verte saludable, aplica en blush de forma horizontal sobre tu rostro, de oreja a oreja, sin olvidar la nariz. Parecerá que estás bronceada. Un terracota luminoso es ideal en este caso.